ACERCA DE CRISTIAN
Campeón de España amateur del peso superligero
CARRERA
Con 17 años hipotecó su vida con un billete de avión a Inglaterra con la premisa de mejorar su boxeo.
Nacido en el madrileño barrio de Las Cárcavas de Hortaleza (26-11-85), con apenas dieciséis años, guía sus pasos hasta la calle Mota del Cuervo para cruzar, por primera vez, la puerta al gimnasio HK, propiedad del que a la postre sería su amigo y mentor, el último gran campeón español de los pesos pesados: Hovik Keuchkerian.
No hicieron falta muchas sesiones de comba, sombra y guantes, para que el joven Morales se diera cuenta de que lo que boxeo le ofrecía era mucho más de lo que él esperaba. Le gustaba mucho y la atracción era mutua.
Apenas un año después decide dar el paso hacia el boxeo amateur bajo el paraguas del club ‘Vicente Calderón’ y de la mano del exboxeador, y tal y como el propio Morales describe como “una de esas personas que encuentras una vez en la vida”, el maestro Miguel Ángel Calle y la ayuda de Antonio Rodríguez ‘El Locomotora’.
Tras lograr el bronce en los campeonatos de España júnior en Ciudad Real, su talento no pasa desapercibido y Morales es convocado para la selección española con tan sólo cuatro peleas en su historial. Sin embargo, un año en el combinado nacional bastó para que Morales se diera cuenta de que ese no era el camino que debía seguir. “Me di cuenta de que necesitaba cambiar de aires y comprobar si realmente estaba a la altura para vivir de esto. Así que decidí cogerme un billete de avión a Londres y,
con dos mil euros que tenía ahorrados, me fui para formarme».
En un año, su experiencia en el cuadrilátero se vio multiplicada: mucho guanteo de calidad sobre el ring del mítico Fitzroy Lodge bajo la mirada de Billy Webster entre otros, siete combates, con seis victorias y una derrota, y el título de campeón amateur de la ciudad del Támesis en su categoría.
Después de varios años y decenas de combates, Morales entrena en España a la espera de debutar como profesional.
La pelea va por dentro, como avisan los proverbios: «Si gano, ganamos todos. Si pierdo, lo hago yo solo». Ya se sabe, la soledad como estado natural del púgil.





